Prefiero que me digas: “rebelde”, a ser tu esclava.
- Psic. Julio Nicolás Méndez
- 9 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Prefiero que me digas: “rebelde”, a ser tu esclava.

Los movimientos feministas, se consolidan por la justeza de sus posiciones, siempre emancipatorias que buscan el pleno goce los derechos. A lo largo de los años, se construye una dirección que conlleva inevitablemente una acción, una donde la mujer se construye como agente de sus propios deseos, dando cuenta de esto y preguntándose: ¿Por qué no? Un No, que le fue impuesto a la mujer desde diferentes actores, instituciones y discursos políticos-sociales, que las llevo al lugar de sacrifico “por su hogar, sus hijos, su relación, etc.”. Actualmente, el rol de la mujer evoluciona, desde la organización es que se pueden empoderar y dar batalla a todos los “No” que aún persisten, construyendo así, una lucha. Una que se viene sucediendo hace años, desde la lucha por el sufragio femenino como ejemplo.
De esta lucha, surge la militancia, una que más que nunca se vuelve necesaria para contrarrestar la fuerza imperiosa del machismo y el patriarcado, que no es otra cosa que un dispositivo de poder, que quiere ubicar a la mujer en el lugar del resto, que quiere ubicar a lo femenino en el lugar del deshecho, de lo silenciado, de lo callado, de lo vulnerado, de lo violado, de lo asesinado.
La historia de la humanidad da cuenta de esto, y lo sigue dando el trágico presente en el que transitamos, ya que Latinoamérica las cifras con respecto a asesinatos de mujeres por violencia de género, son alarmantes y fueron en incremento en los últimos años. Sin embargo, la mirada social se preocupará más por los monumentos que por la vida de miles niñas y mujeres asesinadas todos los días.
La mujer que busca su libertad esta aún mal vista, es siempre cuestionada y se le aplica todos los rótulos posibles, esperando un determinado comportamiento. En una sociedad donde todos los principios de libertad y de derecho, están dirigido hacia los hombres. El lugar de la mujer se transformó en un lugar de lucha, de reivindicación, uno donde una generación le “obsequia”, bajo a un gran costo, a la siguiente más posibilidades para elegir. Ya que muchas veces es preferible “ser rebeldes” a ser esclavas.

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