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Chica adolescente llena de vida

  • Psic. Mariana Rodriguez
  • 1 mar 2018
  • 2 Min. de lectura

¿En qué radica la fuerza de la mujer adolescente hoy en día? Los inicios del movimiento feminista datan de la segunda mitad del siglo XIX, hoy en el Siglo XXI seguimos en lucha y aún no podemos cantar victoria.


¿Desde qué trinchera lucharía hoy una mujer adolescente a favor del feminismo? Y con ello no quiero decir que forzosamente se identifique como seguidora del movimiento pero todas aquellas que nos reconocemos mujeres, tenemos en mayor o menor medida, la necesidad de probarnos y probarle al mundo ¿qué nos convierte en mujer? ¿Qué nos brinda mayor valía o prestigio entre otras mujeres y hombres?


Mucho se habla de igualdad de género o mejor dicho equidad, porque sería absurdo pretendernos iguales cuando las diferencias van desde lo evidente, a nivel físico, hasta otras más sutiles como el funcionamiento cerebral; con ello no quiero decir que uno sea mejor que otro, simplemente son distintos y gracias a la complementariedad es que podemos funcionar como pareja y sociedad.


Desde mi rincón analítico, he visto transitar a pacientes que defienden su feminidad queriendo igualar a los hombres en varios aspectos, en este artículo me centraré en dos: ingestión de alcohol y el manejo de su sexualidad.


Hasta qué punto estos dos aspectos se han vuelto un índice de competencia, en el afán de demostrar una “igualdad” jóvenes se empeñan en ingerir la misma cantidad de alcohol o en algunos casos rebasar la ingerida por el hombre. En cuanto al otro punto es común hoy en día ver chicas que tienen encuentros sexuales sin necesariamente desearlos con el único afán de demostrar que “ellas también pueden” al igual que ellos. ¿Es realmente ahí donde debemos situar la lucha? ¿Quién al final de todo sale mayormente perjudicado? No es raro encontrarnos chicas cada vez más jóvenes con problemas de adicciones que pudieron haber iniciado como un juego o en el otro extremo, adolescentes con un tremendo sentimiento de vacío porque en cada encuentro sexual tienen la ilusión de sentirse contenidas y justo lo contrario, sólo les refuerza la soledad y la confusión por la que transitan.


Debemos centrar nuestra atención como mujeres en abrirnos camino no desde lo que hacen los hombres… sino crear y voltear a ver nuevos caminos que nos identifiquen. Desde ahí dejar de establecer una competencia o guerra absurda sino un encuentro donde las diferencias lejos de separarnos, nos enriquezcan, nos hagan valorar más lo que somos o lo que queremos ser a la vez de apremiar lo que el otro es.

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