Quejas de mujer moderna!

¿Qué le aqueja en 2017 a una mujer latina?

Para la realización de la presente entrega consideré que tenía, por un lado el deber ético de realizar una suerte de ejercicio de consulta a mujeres cercanas a mí. Amigas y colegas fueron informalmente encuestadas acerca de sus principales preocupaciones, problemáticas y anhelos. (Cabe aclarar que la mayoría de ellas no sabían que estaban siendo investigadas, sirva por favor este escrito a manera de apología sincera ofrecida a todas ellas).

La segunda de las impresiones que tuve ante esta consigna fue que era una gran oportunidad. De desmitificar, esclarecer y repensar un tema que ha estado siendo manoseado por psicólogos, sociólogos y muy especialmente: por mercadólogos (sí, hombres en su mayoría).

Recuerdo un congreso al que tuve la suerte de asistir acerca de comportamiento humano y marketing. En este se dieron cita especialistas de diversas disciplinas entre los que destacaban los expertos en conducta y los expertos en publicidad. Como en cualquier evento de esta naturaleza me fue imposible memorizar toda la información que se expuso. Sin embargo, recuerdo muy bien el comentario que hizo uno de los ponentes: él afirmó que no había ningún otro sujeto de consumo con mayor potencial de gastar dinero que una mujer empleada de clase media que estaba dispuesta en gastar toda su quincena con tal de sentirse reina por un día. Por supuesto se refería a población mexicana.

De nosotras las mujeres latinas se ha dicho mucho. Hemos sido parcialmente observadas e injustamente caricaturizadas como seres consumistas, irracionales, caprichosas, emocionalmente inestables y sobre todo, que no sabemos lo que queremos.

Acerca de nosotras Freud hizo una famosa pregunta: ¿Qué es lo que quieren las mujeres? Y no es sólo el género el factor a tomar en cuenta en esta reflexión, sino el hecho de vivir en países que se encuentran en vías de desarrollo con todas las implicaciones económicas y sociales que conlleva.

Las mujeres latinas hoy más que nunca vivimos una situación peculiar y especialmente compleja, estamos accediendo con un gran esfuerzo a mayores y mejores espacios laborales y sociales. Nos encontramos en la lucha por reivindicar y por ejercer derechos laborales y civiles.

En el terreno de lo relacional, las mujeres latinas estamos reinventando las unidades de convivencia de la pareja y la familia tradicionales. Buscando un lugar identitario en lugares y en figuras que nos sean significativos.

De manera muy arriesgada y por demás precipitada, me atrevo a proponer que la pregunta hoy de las mujeres latinoamericanas no es qué queremos sino quienes queremos ser.

Esta búsqueda por nosotras mismas es un proceso que todas nos merecemos y que nos debemos de muchas décadas atrás. Y siempre es muy favorecedor hacerlo de la mano de alguien con la suficiente sensibilidad y experiencia para poder acompañarnos.