Jubilación, JAMÁS ¿Yo por qué?
- Psic. Pamela Mejía
- 10 oct 2017
- 3 Min. de lectura
Miedo a jubilarme

Lo que muchos esperaban con ansias se ha convertido en una preocupación: la gente hoy quiere seguir trabajando después del retiro.
Las generaciones anteriores no veían la hora de llegar a viejos para disfrutar de un merecido retiro después de más de 30 años de trabajo continuo. Dedicarse a descansar, viajar, jugar golf, leer y otras actividades más placenteras era la mejor manera de vivir a plenitud esa última etapa de la vida. Pero ahora las cosas han cambiado y para quienes están llegando a esa edad, la jubilación más que felicidad les está provocando un drama: muchos no quieren dejar de trabajar.
Algunos se jubilan pero luego de un tiempo entran en una profunda depresión porque se sienten inútiles y ante esto no tienen otra opción que regresar al mercado laboral. “Uno no sabe qué hacer sin el trabajo porque construyó una vida alrededor de él”, dice Marina García, de 63 años. Otros logran acuerdos en sus empresas para seguir haciendo la misma labor después de la jubilación. Hernando Gómez, pensionado desde hace cinco años, le manifestó a su jefe que no quería irse por dos razones: sostener a dos nietas que tiene a su cargo, algo que no podría cumplir con la pensión, y porque se sentía con capacidad física y mental para seguir. Su jefe aceptó la oferta de continuar en su puesto. “¿Hasta cuándo? No lo sé”, dice.
La llegada de la jubilación supone un cambio radical en cualquier persona. Normalmente las personas no suelen prepararse demasiado para el cambio que van a sufrir en sus vidas.
El desarrollo de una actividad profesional lleva aparejados una serie de cuestiones que llenan nuestras vidas: existen unos horarios rígidos que nos obligan a levantarnos a una determinada hora, organizar nuestro tiempo de una determinada manera, relacionarnos con determinadas personas, realizar una serie de desplazamientos, utilizar medios de transporte, nos impone unos horarios y hábitos nutricionales concretos, a programar nuestro ocio y nuestro descanso en aquellos espacios “libres” para ello, realizar determinados esfuerzos físicos, etc.
El jubilado pierde su estatus de persona activa, su rol social: Pepe, el cartero; Javier, el médico; Elisa, la maestra, etc. Sus relaciones sociales se estrechan puesto que el puesto de trabajo suele ser uno de nuestros de centros de relación más importantes. Compañeros, proveedores y clientes conforman un importante núcleo de relaciones sociales que con la jubilación desaparecen. El jubilado ve reducido su “espacio” en muchos casos al ámbito familiar y poco más.
La salud física es otro tema que el jubilado debe cuidar. En su actividad diaria estaba acostumbrado a un determinado ritmo de vida, a realizar esfuerzos físicos que le mantenían en forma. También estaban regulados los horarios de las comidas e incluso la dieta que seguía y que estaba en consonancia con su actividad.
La jubilación puede suponer, si no se planifica adecuadamente una relajación excesiva de la actividad física que es muy difícil de retomar. Debe programar su ejercicio físico diario, pasear o practicar algún tipo de deporte que le mantenga en forma sin forzar demasiado su estado, así como una dieta adecuada a su nuevo nivel de actividad.
A continuación te daré las 5 claves para disfrutar de tu próxima mejor etapa de la vida:
Adaptarse a este cambio podría tardar, aproximadamente, 6 meses. Esto es pensando en el desequilibrio que puede surgir cuando te encuentras con demasiado tiempo libre y sin obligaciones laborales. Recuerda que estuviste activo laboralmente durante 3 o 4 décadas. Por ello es mejor prepararse emocionalmente para tener un buen manejo de la incertidumbre y la ansiedad que se pudiera presentar.
Organizar tu economía con varios años de anticipación puede darte el beneficio del ahorro.
Años antes de tu retiro, invierte parte de tus ahorros en cuidar y mejorar tu salud. Puede ser mediante la visita a diversos especialistas, con la práctica de alguna actividad física y también mediante el seguimiento a una alimentación equilibrada.
Has vivido muchos años haciendo distintas cosas, aprendiendo muchas más y quizá, algunas no te parecían muy interesantes. Ahora ya no tienes un jefe que te pide hacer algo por trabajo, este es tu momento y la mejor manera de disfrutarlo es haciendo cosas que te resulten lo más placenteras posibles.
Pensar en la jubilación como una “segunda vida” te ayudará a disfrutarla mucho más. De esta manera siempre tendrás una actividad que hacer, un reto por cumplir y una meta que alcanzar, lo que te mantendrá motivado y siempre un paso adelante.
Recomendación Bibliográfica:
1001 FORMAS DE DISFRUTAR DE SU JUBILACION: Este libro puede ayudarle a mejorar su jubilación.
ERNIE ZELINSKI Editorial AMAT.

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