Con la edad, la salud come dinero
- Psic. Pamela Mejía
- 10 ago 2017
- 2 Min. de lectura
El consumo en la tercera edad

Posiblemente al momento que escuchas la palabra vejez, tercera edad o adulto mayor, lo primero que viene a tu mente es la imagen tierna y angelical de un hombre o mujer de edad avanzada con canas, encorvado, con bastón en mano y sentado plácidamente en un silla mecedora en espera de la visita o de los cuidados de familiares.
Aunque su fuerza física y su habilidad están ya mermadas, y sus recursos económicos son menores, la tercera edad, el colectivo de mayores de 65 años, está formada por consumidores exigentes, que no se dejan llevar fácilmente por la publicidad, piden un trato personal con los vendedores, se preocupan por la relación calidad-precio y revelan a partir de sus compras unos hábitos con frecuencia más saludables, sobre todo las mujeres, que los de los grupos de menor edad.
Dentro de la tercera edad existen notables diferencias, según las rentas y el lugar de residencia. Hay capítulos de gasto, como los relativos a cultura y ocio, a los que se destinan muchos menos recursos cuando se vive en el campo que cuando se reside en la ciudad. Y no debe olvidarse que la media de edad de los pueblos es muy superior. Pero es la situación personal de los mayores el elemento determinante: un varón solo, ya sea soltero o viudo, gastará menos en verduras y fruta que si vive con su pareja. En cambio, consumirá muchos más productos de charcutería.
La convivencia con su mujer es para un hombre un elemento de equilibrio y racionalidad en el consumo.
En las mujeres influye menos la convivencia, de forma que mantienen buena parte de sus hábitos alimenticios, de relación y de salud, tanto si viven con sus maridos como si son solteras o viudas.
La alimentación en el adulto mayor es tan importante como en las demás etapas de la vida, ésta debe ser variada para aminorar o prevenir enfermedades comunes como el sobrepeso, la diabetes, la hipertensión, la osteoporosis y la insuficiencia renal, entre otras, así como responder a las necesidades de consumo en caso de que éste padezca ya alguna enfermedad.
Por lo tanto, el adulto mayor invierte más sus ganancias en alimentación y en salud, debido a los cambios de hábito que debe realizar para cuidar, aminorar o prevenir determinados padecimientos de salud propios de su edad.
Sin embargo, no por ello, deben olvidar que destinar ciertos gastos en hobbies, entretenimiento y diversión, también es una inversión necesaria para su bienestar físico, mental y emocional.
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