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Psicología Nutritiva

  • Psic. Donovan Ordaz
  • 4 feb 2017
  • 2 Min. de lectura

¿QUÉ TIENE QUE VER LA PSICOLOGÍA CON LA NUTRICIÓN?


La Psicología, al conjugarla con la nutrición es un área de estudio que se centra en nuestra relación con las conductas de la alimentación, ya sea desde el punto de vista de nuestras emociones, hábitos y actitudes, o del contexto social en el que nos desenvolvemos.


A medida que trabajamos las dos disciplinas, los problemas de salud y alimentación se van convirtiendo en un fascinante punto de partida para explorar la relación que mantenemos con nuestro cuerpo, descubriendo nuevas oportunidades de crecimiento y superación personal. Identificando nuevas herramientas y protocolos que permiten trabajar de manera positiva y efectiva los problemas de peso, imagen corporal, atracones y compulsiones, así como también una amplia variedad de problemas de salud relacionados a la nutrición, problemas en la digestión, la fatiga, el estado de ánimo.


Los psicólogos han puesto de manifiesto que debido a la gran carga simbólica de la conducta de comer, ésta puede servir de vehículo de expresión de múltiples enfermedades.


De hecho, dicha conducta anómala puede encontrarse con relativa frecuencia en diversos trastornos de la alimentación que no dependen de una perturbación directa de los mecanismos del hambre y la sed, sino que son recursos expresivos mediante los cuales el individuo pone sus emociones con el entorno dando problemas afectivos. En ciertos casos, el trastorno alimentario constituye una respuesta a estos problemas emocionales llevando a desordenes en la alimentación.


Estos trastornos en la alimentación, si se considera la importancia de las comidas dentro de la vida de relación de la persona, pueden ser la expresión de diversos sentimientos, inadaptación, conflictos y ansiedad. En efecto, se ha constatado que en los estados de depresión hay una mayor tendencia a la anorexia, mientras que en los estados de ansiedad, pueden producirse los mismos síntomas o, por el contrario, presentarse conductas impulsivas y abusivas respecto a la comida, como un intento de olvidar la sensación de ansiedad.


Las personas que viven en armonía y que están adaptadas a las tensiones de su ambiente suelen presentar unas reacciones normales a las sensaciones de hambre y sed, sin caer en trastornos por exceso o defecto y manteniendo una pautas de alimentación saludables.


A la hora de abordar la relación entre la salud mental y la alimentación, conviene tener en cuenta que actualmente los actos de comer y beber no sólo representan una conducta biológica destinada a la supervivencia, sino que son actos que tienen en conjunto un gran significado social y cultural.

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