Brotes Psicóticos, quién te lo puede decir?
- Psic. Diana Camacho
- 25 ene 2017
- 2 Min. de lectura

“LA VERDAD TIENE ESCTRUCTURA DE FICCIÓN”

Viernes: 6 de la tarde. Llega una paciente al consultorio acompañada de su madre. No queda
muy claro el motivo de consulta. Entra la paciente, una joven de veintitantos años con un brote psicótico.
¿Cuál es y en que consiste la diferencia entre lo que es la realidad y lo que no? Emitir esta respuesta es muy complicada.
Erasmo de Rotterdam, Freud, Lacan, Sade. Todos han hablado de la locura. Es algo a lo que tenemos mucho miedo, mucha reserva, pero que nos interesa irremediablemente.
En días cómo hoy me pregunto cuantas personas deambulamos por la vida, por el metro, por las avenidas sin estar diagnosticadas. Definitivamente las fronteras que separan la realidad de la fantasía muchas de las veces están diluídas. Difuminadas e inciertas. Hoy pude corroborarlo.
Hemos en este espacio hablado repetidas veces acerca de que los temas relacionados con la psicopatología son material muy prolífico para inspirar al arte y a la ficción. Como toda ficción, parte de una realidad.
Un delirio se construye del mismo material que un sueño y que el ensueño. En la receta para cocinarlo podemos encontrar reminiscencia de vigilia, elementos simbólicos de importancia y miscelanea de imágenes aleatorias. Todo eso puesto en una licuadora da orígen a una historia que puede o no corresponder a la realidad.
Tengo como costumbre concluír estos párrafos con una propuesta. Esto lo hago porque tengo la sensación de que si no lo hago así el espacio se vuelve estéril y se desaprovecha. Mi propuesta esta vez es que no nos asuste tanto la locura y la fantasía sino que al contrario, le hagamos frente y la abracemos. Que la aprovechemos de tal manera que conozcamos nuestro lado irracional y loco nos brinde la calma y la creatividad necesarias para hacerle frente a este mundo lleno de Peñas Nietos y de Gasolinazos.
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