La vida y sus emociones
- Psic. Annabel Garrido
- 16 sept 2016
- 2 Min. de lectura

“Del sufrimiento emergieron, las almas más fuertes, los carácteres sólidos tienen cicatrices”. Khalil Gibran

La tristeza, el enojo, la frustración, la vergüenza, la ira, la soledad. Todas estas son emociones que regularmente tratamos de evitar, pero cuando las circunstancias de la vida nos obligan a sentirlas y a vivirlas nos sentimos desesperados y vulnerables, hacemos cualquier cosa para que desaparezcan, salimos con amigos, vamos a bailar, nos intoxicamos con cualquier sustancia que nos permita, aunque sea por un momento sentirnos como antes. Desde que somos niños nos han dicho que nuestra misión en la vida es ser felices, y si tenemos la suerte de que la vida nos enseñe sus matices a temprana edad, los adultos nos protegen de no sufrir, con frases tales como: ¡Esas cosas no son para niños!, o ¡Tu abuelito se fue al cielo o se fue de viaje! evitando con esto el conocimiento real de la vida. La vida está llena de colores, en algunos momentos nos muestra sus colores mas brillantes y en otros nos enfrenta a sus colores más oscuros y es aquí en la oscuridad cuando realmente nos damos cuenta de quienes somos, es en donde empezamos a reconocer nuestra fortaleza, es en los momentos más oscuros cuando apreciamos con mayor luz los colores brillantes de la vida, pero para poder apreciarlos, primero debemos poder sentir y manejar la oscuridad, porque si no, no existiría un parámetro real para poder reconocerlas y disfrutarlas.

Las emociones no tan placenteras son fuentes de aprendizaje, el problema comienza cuando confundimos “El ser fuerte” con el no sentir, tratamos por todos los medios, de evitar la tristeza , el enojo, o cualquier emoción que rompa con la ilusión de estabilidad, ¡Pues la vida continua!, y ¡Tenemos que ser felices!, sin darles tiempo de enseñarnos la lección que necesitamos aprender para poder crecer como seres humanos, aprender lecciones que después se convertirán en herramientas para solucionar conflictos o simplemente para conectarnos con otros seres humanos: Crear empatía con la vida es la función de las emociones. El ser fuerte no significa negar nuestra propia humanidad, significa reconocer que somos seres vulnerables capaces de sentir cosas buenas y malas, reconocer que tenemos la enorme fortuna de entablar una conversación con la oscuridad y salir siempre victoriosos.. regresamos con los ojos más abiertos, con más ganas de vivir y valorar las cosas buenas. ¡Regresamos más fuertes! Cuando estés triste, enojado o frustrado, no huyas de ellas, siéntelas y date la oportunidad de mostrarte lo fuerte que eres, porque después en un futuro, cuando vuelvas a pasar por una situación difícil, tendrás las herramientas necesarias para poder encontrar los colores brillantes con mayor facilidad.
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