Síndrome del cuidador
- Psic. Pamela Mejía
- 24 oct 2016
- 2 Min. de lectura

Normalmente al tener un familiar con alguna enfermedad o con mayor necesidad de cuidado nos olvidamos un poco de aquellas personas que se dedican a cuidar a esa persona, ya sea un familiar o persona allegada, los cuales son mejor conocidos como cuidadores primarios.

Los especialistas aconsejan no olvidar a todos aquellos que dedican una parte muy importante de su tiempo a cuidar a alguna persona, ya sea de la tercera edad o que tenga algún padecimiento. Ellos son los encargados de las necesidades básicas y psicosociales y pueden sufrir una serie de problemas físicos, mentales, socioeconómicos y la alteración de su capacidad para atender a su asistido a causa de esta labor, definiendo la sobrecarga como síndrome del cuidador.

Es un trastorno común que presenta variados síntomas, se da en aquellas personas encargadas de cuidar y cubrir las necesidades básicas de alguna persona. El síndrome del cuidador suele estar provocado por la dificultad que trae para el cuidador el cambio radical de su modo de vida y el desgaste que provoca ver cómo un ser querido va perdiendo progresivamente sus facultades físicas y de independencia. Entre las áreas más afectadas están: el físico, ya que sufren cansancio, cefaleas y dolores articulares. En lo psíquico: depresión, trastornos del sueño, ansiedad e irritabilidad. En el área social: disminución o pérdida del tiempo libre, soledad y aislamiento. Así, el cuidador va perdiendo paulatinamente su independencia. Se desatiende a sí misma: no toma el tiempo libre necesario para su ocio, abandona sus aficiones, no sale con sus amistades, etc. y acaba paralizando, durante largos años, su proyecto vital.
Consejos para el cuidador
Reflexionar y darse cuenta de que tiene derecho a llevar una vida propia. Es importante delegar algunas de sus responsabilidades en los miembros que componen su entorno social.
Comunicar al resto de la familia sus sentimientos y sus temores para hacerles partícipes del problema, y evitar sentirse culpable cuando se dedique tiempo a sí mismo.
No se aísle. A pesar de todo, continúe en contacto con los buenos amigos o vecinos que le quedan, acuda a reuniones sociales.
Trate de mantener alguna de las actividades que siempre le han divertido: tejer, coser, pasear, escribir, leer, escuchar música, etc.
La risa, el amor y la alegría son fundamentales para su bienestar y para su vida con la persona de quien se encarga. Procure buscar personas, cosas, situaciones y actividades que le satisfagan.
Deje un tiempo semanal para Ud. Busque a un familiar, o vecina, que cuide del enfermo unas horas a la semana para que Ud. pueda salir y relajarse.
Haga todo lo que pueda para conservar su propia salud. Vaya al médico periódicamente.
Descanse cada día lo suficiente. Si Ud. enferma las cosas se pondrán peor.











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